Artistas queer que están cambiando México
En un país donde ser LGBT+ aún implica riesgos, burlas o rechazo, levantar la voz desde la música es un acto de valentía. Esta entrada celebra a cuatro artistas queer que no solo hacen canciones.
Desde lo alternativo hasta lo tradicional, desde el pop al son, estos talentos disidentes nos enseñan que la diversidad también se canta, se baila, se celebra y hacen historia
Zemmoa
Glamour, honestidad trans y elegancia sonora

Hay artistas que hacen música. Y hay otres que hacen ruido, incomodan, provocan, acarician con fuego y se vuelven referentes. Zemmoa, cantautora, performer y disidencia encarnada, es eso: una voz no binaria que sale de la Ciudad de México para ponerle letra, ritmo y performance a la experiencia queer en carne viva.
Desde "Fashion Victims" hasta "Lo que me haces sentir", su música mezcla pop electrónico con letras que no piden permiso. Zemmoa ha sido pionera en visibilizar la experiencia trans en la escena independiente mexicana, desafiando la industria y abriendo espacio para las que vienen detrás.
Zemmoa ha desfilado por los escenarios con lentejuelas, vulnerabilidad y voz firme. Más allá del pop glam, es una artista que ha puesto sobre la mesa la conversación sobre ser mujer trans en un país hostil. Con una carrera independiente y poderosa, ha cantado sobre el amor, el abandono, la discriminación y la resiliencia, sin perder nunca el brillo. Su presencia transforma y conmueve.
Zemmoa es un ícono trans en México, galardonada con el Premio Queer Icon Maguey 2021. Ha sido portavoz en foros como la Asamblea General de la ONU y campañas a favor de los derechos LGBT+.
Participó en iniciativas culturales como Spotify Pride, FIDS y fundó campañas de prevención con imagen transgénero.
Zemmoa no pide espacio: lo toma con elegancia y fuego.
Sailorfag
Trap rosa, irreverencia queer y estilo sin disculpas

Sailorfag es reguetón, perreo, jotería, risas, crítica social y maquillaje alv. Es uno de los artistas queer más visibles de México en los últimos años, con una propuesta irreverente, divertida y 100% política.
Sailor no pide tolerancia: exige goce.
Sailorfag no pide permiso ni perdón. Desde el trap mexicano, ha creado un universo sonoro y visual donde lo queer es realeza, lo vulgar se vuelve arte, y el feminismo se baila con glitter y beats pesados. Con letras afiladas, coreografías virales y estética pop-marica, ha roto el molde del rap tradicional mexicano y nos recuerda que la libertad también suena fuerte, sucia y divertida.
Con temas como “Amiga Date Cuenta” o “Bellakosa”, ha desafiado los moldes del reguetón para hablar desde lo no binario, lo marica y lo provocador. No teme al ridículo: lo convierte en arte. Y su presencia en redes sociales es igual de poderosa.
Hace activismo al denunciar machismo y homofobia en redes, y participa en charlas juveniles sobre identidad y autoaceptación.
Ser Sailorfag es ser tú sin filtro.
La Bruja de Texcoco
Tradición, magia y feminidad disidente

Entre violines, falsetes y vestidos bordados, La Bruja de Texcoco invoca lo ancestral y lo queer desde una mirada profunda y poética. Su arte no solo desafía el género, también lo reinterpreta desde el rito. Ha conquistado escenarios con una mezcla de son jarocho, feminidad ritual, travestismo y un discurso que reivindica lo indígena, lo diverso y lo espiritual.
La Bruja de Texcoco no canta solo con la voz. Canta con el cuerpo, con la falda, con el huipil, con el barro, con el violín. Su propuesta mezcla la música tradicional mexicana —son jarocho, huapango, música prehispánica— con una identidad trans y no binaria que reencanta el escenario.
La Bruja trabaja con colectivos culturales y asiste a eventos del PRIDE, llevando el folclor como herramienta de empoderamiento y resistencia. Se convirtió en la primera artista trans en presentarse en el Teatro Degollado, usando su performance para promover la inclusión trans.
Su obra no solo desafía lo cis-hetero; también reimagina lo “mexicano” desde una perspectiva ancestral y diversa. La Bruja transforma cada escenario en ritual, y cada nota en hechizo para nombrar lo no dicho. Es una resistencia que suena a raíz, a montaña, a agua viva.
Ser bruja es existir con dignidad frente a la violencia.
Raymix
Electrocumbia espacial con orgullo y visibilidad LGBT+

Raymix no solo hace cumbia: reescribe el género con un sonido futurista lleno de nostalgia y ritmo pegajoso. Su propuesta mezcla tradición tropical con electrónica suave y una vibra pop que atraviesa generaciones. Convierte cada canción en un viaje emocional y nostálgico. con su electrocumbia, abrió un camino histórico al salir del clóset públicamente en junio de 2020.
Declarando en un video: “Soy gay, y eso no cambia nada de mí...”
Es uno de los primeros artistas de música regional mexicana en asumir públicamente su orientación, anunciando que lo hizo “por responsabilidad moral” y para animar a jóvenes que aún tienen miedo de vivir su verdad. Desde entonces, Raymix ha participado en marchas PRIDE (CDMX, Guadalajara, Puebla), incluso dando conciertos gratuitos como parte de su compromiso con la visibilidad y la celebración.
Con canciones como “Oye Mujer”, “Tú y Yo” y el EP “Estelar”, Raymix explora ritmos más densos, letras introspectivas y colaboraciones con artistas urbanos emergentes. Con una noticia poderosa: la libertad de ser. Su música y su visibilidad son un acto político en un país donde la inclusión sigue siendo un desafío.
Ser visibles. Sonar fuerte. Habitar los escenarios con el corazón en llamas y los tacones firmes.
Estas propuestas no solo hacen música: hacen historia desde lo queer. Narran otras formas de existir, de resistir y de brillar.
Porque en cada beat, en cada falsete, en cada letra que incomoda, hay una verdad urgente: la diversidad no es una moda, es una revolución con ritmo propio.
Entrada escrita por Zona Cero CDMX | Publicada con fines informativos y de cuidado colectivo.
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